Defendemos el derecho penal como una herramienta para el equilibrio social y la protección del individuo ante el poder desmedido.
No defendemos causas. Defendemos personas. Buscamos cambiar la percepción del abogado penalista: de sospechoso a necesario.
Cómo pensamos. Cómo actuamos.
Escuchamos antes de hablar.
Nunca subestimamos a un adversario.
Detallistas en el análisis. Firmes en la sala.
La verdad no siempre es cómoda, pero es nuestro punto de partida.